Implicaciones energéticas de la tipología de manzana
- Fernández de Trocóniz Revuelta, Alberto
- Miguel Angel Gálvez Huerta Director
Defence university: Universidad Politécnica de Madrid
Fecha de defensa: 11 November 2010
- Francisco Javier Neila González Chair
- José Tovar Larrucea Secretary
- Jesús Feijó Muñoz Committee member
- Jesús Bermejo Goday Committee member
Type: Thesis
Abstract
Se modifica el denominado Factor de Forma (FF) , que es meramente geométrico, en otro válido para los cuerpos físicos reales (por ej. Edificios), que es un Factor de Forma Ponderad (FF*). Se postula que este, es de gran relevancia en la transmisión de calor en los edificios, sobre todo para los situados en un clima extremo, y por tanto su mejora resulta clave en el ahorro energético y medioambiental, y en definitiva para la sostenibilidad global. A continuación se explicita un Teorema de Identidad por el que para ciertas formas y/o edificaciones sin extremos apreciables o suficientemente alargadas (por ej. Manzanas Edificatorias, y también Bloques y Torres), el Factor de Forma del cuerpo tridimensional (FF3), es idéntico al Factor de Forma correspondiente a su sección menor (FF2); es decir que FF3 = FF2 . Esto mismo también ocurre con los ponderados; es decir que FF*3 = FF*2. Con esta reducción dimensional de 3D a 2D, muchos problemas de análisis y diseño se facilitan extraordinariamente, tanto en la Edificatoria, como en la Morfología en general. La principal consecuencia práctica se desprende de lo anterior; aplicado por ejemplo a conseguir una mayor eficacia energética (térmica por transmisión) de la edificación de manzanas, bloques y torres, es que no hace falta considerar toda la envolvente; basta asegurar la bondad de la sección transversal (en la torre es la planta), es decir tratar de aproximarse a la que sea más compacta y grande como figura plana, y la mejor y adecuadamente aislada en su perímetro. Del resto del volumen nos podemos olvidar. A estos efectos se proponen modelos morfo-térmicos bidimensionales. Esto puede tener una gran importancia para la edificación y el urbanismo: la de mejorar previamente la calidad térmica por transmisión, al optimizar las alturas y anchuras de las secciones en los proyectos, en el planeamiento, en las ordenanzas, etc. Por otra parte, puede liberar a las tareas de diseño de la preocupación por las disposiciones en planta y de volumen (pues ya no es el bulto más grande y compacto lo que mejor funciona en este sentido térmico), sino que se pueden adaptar libremente a lo que resulte más oportuno en relación a otros aspectos: orientaciones, soleamiento, iluminación, etc.