Estudio sobre el conocimiento de la enfermedad vascular cerebral en la población del área III de salud de Zaragoza

  1. PÉREZ LÁZARO, CRISTINA
Dirigée par:
  1. Sonia Santos Lasaosa Directeur/trice
  2. Enrique Mostacero Miguel Directeur/trice

Université de défendre: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 08 avril 2014

Jury:
  1. Jaime Gallego Culleré President
  2. Luis Javier López del Val Secrétaire
  3. Juan Francisco Arenillas Lara Rapporteur

Type: Thèses

Teseo: 360313 DIALNET

Résumé

ESTUDIO SOBRE EL CONOCIMIENTO DE LA ENFERMEDAD VASCULAR CEREBRAL EN LA POBLACIÓN DEL ÁREA III DE SALUD DE ZARAGOZA Introducción La enfermedad cerebrovascular (ECV) es la patología neurológica aguda más frecuente y supone la 2ª causa de mortalidad en todo el mundo. Es la primera causa de muerte en la mujer y la segunda en el varón. Además, 12% de las muertes por ictus ocurren de forma precoz, en los primeros 30 días. Por otro lado, los supervivientes de un ictus tienen un riesgo muy elevado de recurrencia durante los 6 meses posteriores, así como de sufrir otras patologías relacionadas como la cardiopatía isquémica. Además, está considerado la primera causa de invalidez permanente y la segunda de demencia Concretamente en nuestro país existen aproximadamente unos 150000 incapacitados a consecuencia de un ictus Además, es muy probable que esta situación empeore y que la repercusión de las ECVs se incremente debido al envejecimiento de la población. Se cree que España será en el 2050 una de las poblaciones más envejecidas del mundo, lo que conllevará un incremento de la incidencia y prevalencia del ictus en los próximos años. Los datos anteriores ponen de manifiesto la importante carga, tanto en términos de discapacidad, atención sanitaria y repercusiones socioeconómicas y familiares que tiene esta enfermedad Según la Sociedad Española de Neurología ( SEN) , la asistencia precoz al ictus puede disminuir la mortalidad en un 20%, así como el porcentaje de pacientes que quedarán incapacitados. Esta patología es un fenómeno dinámico, desterrada ya la idea de que se trataba de un proceso estable e irreversible; muy al contrario, hay que considerarlo un proceso activo desde su instauración, cuyo curso se modifica minuto a minuto. En la actualidad, disponemos de tratamientos que pueden aplicarse en las primeras horas de acontecido el ictus, que tienen la capacidad de poder revertir la sintomatología y mejorar el pronóstico del paciente. Desgraciadamente, son pocos los pacientes que pueden beneficiarse de los mismos por no llegar a tiempo al hospital. Una de las causas de esta demora es la falta de reconocimiento de los síntomas y la escasa percepción de gravedad que tienen muchos pacientes ante esta enfermedad. Objetivo Averiguar el conocimiento de la población de nuestra área (Sector III de salud de Zaragoza) tanto rural como urbana, sobre la enfermedad vascular cerebral, en lo referente a 3 aspectos concretos: *los síntomas de alarma del ictus *los factores de riesgo más importantes que predisponen a padecerlo *la percepción de gravedad y la actitud a tomar ante la misma Material y métodos La muestra analizada ha sido la población residente en el Sector III de Salud de la provincia de Zaragoza, cuyo hospital terciario de referencia es el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, tanto la que vive en áreas rurales como la que reside en el área metropolitana de Zaragoza. La selección de la muestra ha sido aleatoria. La herramienta utilizada ha sido una encuesta estructurada que se ha realizado por teléfono. Se han realizado 600 encuestas, de las cuales se han eliminado 17 para el análisis estadístico, por considerarse incompletas. De estas 583, 354 en ámbito rural y 229 urbanas. La entrevista incluye datos epidemiológicos de los encuestados, preguntas acerca de la terminología del ictus, de los síntomas de alarma o de presentación, de los factores de riesgo predisponentes y de la actitud a tomar ante una situación hipotética de infarto cerebral. Resultados En lo que respecta a los datos epidemiológicos, 34% fueron varones y 66% mujeres. Un 56% de los sujetos entrevistados tenían edades comprendidas entre los 35 y los 65 años, un 20% entre los 18 y los 35 años, y un 22% eran mayores de 65 años. Un 63.5% de los encuestados no son capaces de nombrar ningún síntoma correcto de presentación del ictus. Un 37% nombraron 1 o más síntomas de alarma, de entre ellos, los más reconocidos fueron la pérdida de fuerza y sensibilidad en mitad del cuerpo y la cefalea intensa, siendo poco nombrados las alteraciones del lenguaje y los trastornos visuales. Un 48% no saben responder ningún factor de riesgo que predisponga a sufrir un ictus. Un 52% fueron capaces de referir 1 o más factores de riesgo, de entre ellos, los más nombrados fueron la hipertensión arterial y las cifras elevadas de colesterol, y los más desconocidos la diabetes mellitus y el hábito tabáquico. Sólo un 9% de personas tienen lo que hemos considerado un buen conocimiento común de la enfermedad, es decir, conocen al menos 2 síntomas y 2 factores de riesgo de ictus. Los resultados mejoran cuando preguntamos acerca de la actitud ante la posibilidad de sufrir un ictus, aunque también son mejorables, ya que un 56% tomarían una actitud considerada correcta frente a un 44% que no responden adecuadamente Tras realizar un análisis bivariante para establecer relaciones entre las distintas variables y posteriormente un multivariante considerando sólo aquellas con significación estadística, los factores con mayor implicación en el grado de conocimiento de la enfermedad son el mayor nivel cultural y la edad joven, sobre todo en lo que se refiere a la terminología, síntomas de alarma y factores de riesgo. En cambio, es el ámbito rural, y en menor medida, el sexo femenino, los que más se relacionan con la actitud adecuada ante la enfermedad Conclusiones El conocimiento acerca de la enfermedad vascular cerebral en nuestra área es escaso, tanto de los síntomas de alarma como de los factores de riesgo, lo que también se hace extensivo, aunque en menor medida, a la percepción de urgencia y al conocimiento de la actuaciones a tomar ante la misma. Estos datos pueden ser utilizados para el diseño de futuras campañas informativas que proporcionen mensajes claros y especialmente dirigidos a los sectores de población peor informados. Todas las novedosas terapias aplicables en fase aguda del ictus no tendrán cabida si los pacientes afectados no acuden precozmente al hospital. Como ya es sabido, no se puede luchar contra lo que no se conoce.