La ilustración en la comunicación de moda y belleza en las revistas femeninas de gama altael caso concreto de Arturo Elena Y Cosmopolitan

  1. Cánovas Rivas, Ariadna
Dirigida por:
  1. Laura González Díez Director/a
  2. Maria Tabuenca Bengoa Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad CEU San Pablo

Fecha de defensa: 15 de diciembre de 2014

Tribunal:
  1. Jesús Canga Larequi Presidente/a
  2. Miguel de Santiago Secretario/a
  3. Pedro Pérez Cuadrado Vocal
  4. José Ignacio Armentia Vizuete Vocal
  5. Salomé Berrocal Gonzalo Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 374460 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

En el siglo XVIII las ilustraciones de moda y belleza que aparecían en las primeras revistas femeninas eran figurines estáticos, inexpresivos, en los que la figura de una modelo se limitaba a mostrar una prenda para que más tarde la modista la pudiera confeccionar. Esa era la forma de representar a la mujer, una figura con poco peso en la sociedad y a la eterna sombra del género masculino. Los avances tecnológicos y la apertura intelectual a principios del siglo XIX y su continuidad en el XX hicieron posible que aparecieran en escena diseñadores de moda que marcaron un antes y un después en la alta sociedad occidental. Entre ellos destacó Paul Poiret, de una imaginación prodigiosa, y un creador de formas y combinaciones cromáticas arrollador. Sus diseños vieron la luz a través de las manos de Paul Iribe quien en 1908 transformó el concepto de ilustración de moda y belleza para siempre. A través de 9 láminas encuadernadas ilustró a una mujer que transmitía sensaciones por cada milímetro del dibujo (ver anexo I). La forma de plasmar la imagen de la mujer en las ilustraciones comenzaría su revolución. El siglo XIX, era dorada de la ilustración de moda y belleza según autores como McDowell, Brubach, Fostassier, Fogg, Blackman o Downton, modificó el concepto de la moda y de los cánones de belleza establecidos hasta el momento. La ilustración se convirtió en el medio de expresión de una nueva cultura femenina que gestaba la liberación de la mujer occidental de los años posteriores. A pesar de encontrar su potente florecimiento en Francia, y su posterior desarrollo en EEUU, el nuevo concepto de ilustración de moda y belleza arranca en España hacia la década de los años 30 del siglo XX. Nombres como Sáenz de Tejada, Ramón Casas o Eduardo García Benito aparecen como precursores en nuestro país de la técnica más empleada en aquel momento para la transmisión de moda y belleza a través de las revistas de índole femenina. En la actualidad la ilustración de moda y belleza no tiene el mismo rol que en aquellos años de esplendor, pero sin duda sigue siendo relevante y destacada, ocupando un lugar esencial en las publicaciones sobre moda y belleza. En ocasiones, menos artesanal que antaño; en otras, manteniendo las técnicas más tradicionales, pero siempre presente en las páginas de las revistas femeninas de gama alta. De entre los profesionales de la ilustración que desempeñan su trabajo en nuestro país podemos encontrar nombres destacados, pero sin duda, el de mayor relevancia y proyección es el aragonés Arturo Elena tal y como corroboran sus trabajos para firmas de moda como Chanel, Custo Barcelona, Loewe, Vitorio & Luccino, Fernando Lemoniez o Roberto Verino, entre otras. Sus dibujos le revelan como un maestro de la técnica de la ilustración. Los acabados destacan por conseguir una ilusión óptica en la fusión de color y forma mediante las puntas entintadas de sus rotuladores. Con un estilo y técnica únicos, y un método de trabajo basado en la minuciosidad del trazo, sus ilustraciones son un reflejo de la mujer del siglo XXI, una mujer trabajadora, independiente y preocupada por su imagen. A pesar de ello, no existe ninguna monografía, ni ninguna obra individual o colectiva que trate la figura de este prestigioso ilustrador, ni describa su estilo, técnica o proceso de trabajo. Las guías sobre ilustradores de moda muestran ilustraciones de las más importantes figuras internacionales pero no profundizan. La investigación se centra en la figura de Arturo Elena con el fin de hacer un trabajo descriptivo sobre su técnica, su peculiar y distintivo estilo y su método de trabajo, acompañado por un trabajo de campo consistente en el análisis formal de las ilustraciones que el autor elaboró para la edición española de la revista femenina de gama alta Cosmopolitan, entre 1992 y 2009 con el fin de aportar datos sobre la evolución de su estilo y sobre el modo en que sus ilustraciones quedan puestas en página en una publicación.