El culto de San Julián en Cuencanotas de historia religiosa

  1. JIMENEZ MONTESERIN, MIGUEL
Dirigida por:
  1. Jaime Contreras Contreras Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Alcalá

Año de defensa: 1998

Tribunal:
  1. Miguel Artola Gallego Presidente/a
  2. Antonio Martínez Ripoll Secretario/a
  3. Ricardo García Cárcel Vocal
  4. Teófanes Egido López Vocal
  5. Rafael Carrasco Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 68541 DIALNET

Resumen

Julián de Cuenca, clérigo mozárabe toledano, fue designado para ocupar la sede de Cuenca como su segundo obispo en 1198 por el Rey Alfonso VIII, pocos años después de la conquista de la ciudad a los musulmanes. Prelado "de frontera" durante su pontificado, falleció en 1208. Algunos detalles de su memoria sublimada sirvieron después para que, a iniciativa del clero catedral conquense, se le comenzará a rendir culto. Vino a dar ocasión para ello el comportamiento de los prelados italianos absentistas, nombrados unilateralmente por la Santa Sede para regir la diócesis de Cuenca en la segunda mitad del siglo XV. Destacaron entonces los hagiógrafos su laboriosa caridad, antes de que la inventio de su cuerpo incorrupto diera lugar a una breve, aunque intensa secuencia de milagros en los primeros meses de 1518. Luego, durante la primera contrareforma, quedó otra vez perfilada la imagen del santo obispo, calcada sobre el modelo trazado por el concilio tridentino. En 1595, ahora con el pleno aval romano, culminaría el proceso de promoción hagiográfica al ser aprobado el rezo propio de San Julián que se extendería luego a la mayoría de las diócesis hispanas desde la de Cuenca.