Nutrición parenteral: vías de acceso

  1. María Concepción Terroba Larumbe
  2. Cristina Crespo Soto
  3. Luis Cuéllar Olmedo
  4. Daniel Antonio de Luis Román
Libro:
Dietoterapia, nutrición clínica y metabolismo
  1. Luis Román, Daniel Antonio de (coord.)
  2. Bellido Guerrero, Diego (coord.)
  3. García Luna, Pedro P. (coord.)

Editorial: Díaz de Santos

ISBN: 84-9969-293-1 84-7978-964-6 978-84-7978-964-0

Año de publicación: 2010

Páginas: 779-787

Tipo: Capítulo de Libro

Resumen

Aunque en la práctica, la NP se sigue administrando a muchos pacientes con posibilidad de ser nutridos por vía enteral, solo debe usarse cuando el tracto gastrointestinal no sea funcional o no puedan cubrirse las necesidades calórico-proteicas por una vía alternativa, oral o enteral. De acuerdo con los requerimientos que debe cubrir la NP, las previsiones de duración, la enfermedad subyacente y el estado de la coagulación se elegirá una NP central, por medio de un catéter no tunelizado o un catéter implantado, o bien una NP periférica. Dado que el catéter venoso central se puede colocar en diferentes lugares anatómicos y cada uno tiene sus propias ventajas e inconvenientes, siempre hay que individualizar la elección del acceso y tener en cuenta los recursos técnicos disponibles. La NP requiere una monitorización clínica y analítica todavía más rigurosa que la nutrición enteral ya que, en su caso, las complicaciones tanto metabólicas como infecciosas suelen tener mayor incidencia y gravedad. La sepsis por catéter es una complicación frecuente, es muy grave y una de las principales causas de suspensión de la NP. La mayoría de las sepsis nosocomiales se asocian con catéteres venosos centrales no tunelizados. Dentro de las medidas de prevención de las complicaciones sigue considerándose fundamental la asepsia rigurosa, reducir al máximo la manipulación de todo el material y evitar el uso de catéteres para terapia múltiple y con propósitos diagnósticos.