Metástasis intraocularescomparación entre las formas de presentación clínica con tumor primario conocido y desconocido
- R.Ramoa 1
- M.A.Saornil 1
- C.García-Alvarez 1
- P.Diezhandino 1
- P.Alonso-Martínez 1
- E.García-Lagarto 1
- M.F.Muñoz-Moreno 1
- F.Lopez-Lara 1
- 1 Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid, España
ISSN: 0365-6691
Année de publication: 2018
Volumen: 93
Número: 1
Pages: 7-14
Type: Article
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Résumé
Objetivo: El objetivo del presente estudio es revisar la frecuencia de metástasis intraoculares como primera manifestación de enfermedad sistémica e identificar las características clínicas y tumorales. Métodos: Estudio retrospectivo y consecutivo de casos diagnosticados como metástasis intraoculares en una unidad de referencia de tumores intraoculares entre 1993 y 2014. Se registraron las características generales, epidemiológicas y oftalmológicas. Resultados: Entre 1993 y 2014, se diagnosticaron 21 pacientes con metástasis intraoculares. Edad media de 62,7 años (31-89). Se observó bilateralidad en 4 casos y localización coroidea en 20 casos. El tumor intraocular fue la primera manifestación de la enfermedad sistémica en 13 pacientes (61,9%). El tumor primario fue la mama en el 47,5% de los casos y el pulmón en el 23,8%. El diagnóstico del tumor primario se realizó mediante estudios sistémicos y solo un paciente requirió biopsia intraocular. Respecto al tratamiento, la mayoría de los casos se controlaron mediante terapia sistémica; 4 casos precisaron radioterapia externa adicional y solamente un caso, enucleación. No se encontraron diferencias clínicas entre los casos de cáncer sistémico conocido o desconocido, excepto respecto al desprendimiento de retina exudativo, más frecuente en el segundo grupo. Conclusiones: Aunque las metástasis intraoculares son el tumor intraocular más frecuente, no son un motivo frecuente de consulta. En más de la mitad de los casos es la forma de presentación de una neoplasia sistémica desconocida como una masa intraocular solitaria no pigmentada. El diagnóstico precoz es crucial para establecer el tratamiento adecuado, preservar la función visual y mejorar el pronóstico vital del paciente.