Neoplasia papilar intraductal de los conductos biliares con malignizaciónuna entidad diferenciada del colangiocarcinoma con mejor pronóstico. A propósito de tres nuevos casos
- Baltasar Pérez Saborido 1
- Martín Bailón Cuadrado 1
- Mario Rodríguez López 1
- Enrique Asensio Díaz 1
- Beatriz Madrigal Rubiales 1
- A. Barrera Rebollo 1
- 1 Hospital Universitario Río Hortega. Valladolid
ISSN: 2340-416, 1130-0108
Año de publicación: 2017
Volumen: 109
Número: 8
Páginas: 592-595
Tipo: Artículo
Otras publicaciones en: Revista Española de Enfermedades Digestivas
Resumen
Introducción: las neoplasias papilares intraductales de la vía biliar se han reconocido como una entidad diferenciada de otros tumores biliares desde 2001. Se caracteriza por un crecimiento intraductal, puede o no producir moco y tiene potencial de malignización, aunque con mejor pronóstico que otros tipos de colangiocarcinoma. Casos clínicos: desde enero de 2010 a agosto de 2015, incluimos tres pacientes con diagnóstico confirmado de neoplasia papilar intraductal de la vía biliar con malignización tratados en nuestro centro. Dos casos eran hombres y el tercero, una mujer con una edad media de 67,3 años. Los tres pacientes presentaban malignización en el momento del diagnóstico. Un paciente era asintomático y el hallazgo fue en la pieza de hepatectomía tras un trasplante hepático por virus de la hepatitis C (VHC). Los otros dos pacientes se presentaron con colestasis y colangitis aguda y el diagnóstico se estableció en base a las pruebas de imagen (tomografía axial computarizada [TAC] y resonancia magnética [RMN]) y colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) con cepillado y biopsia. El tratamiento en ambos fue quirúrgico con hepatectomía izquierda y resección del conducto biliar izquierdo y del segmento I. No recibieron tratamiento adyuvante. Ninguno de los tres pacientes presenta recidiva de la enfermedad. Discusión: las neoplasias papilares intraductales de la vía biliar malignizadas representan una entidad diferenciada de los colangiocarcinomas con un mejor pronóstico. Su diagnóstico se basa en las pruebas de imagen y en la histología por CPRE. El tratamiento es quirúrgico consiguiendo altas tasas de curación con baja recidiva.