Terremoto Chile 2010Reconstrucción/restauración patrimonial: proceso de validación de la tierra como material vigente. Balance de las intervenciones en la VI región

  1. Karmelić Visinteiner, Lía
Dirigida por:
  1. Pablo Diañez Rubio Director/a
  2. Eduardo Mosquera Adell Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 25 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Carmen Rodríguez-Liñán Presidente/a
  2. María Dolores Robador González Secretario/a
  3. Francisco Javier Gallego Roca Vocal
  4. José Aguiar Vocal
  5. Félix Jové Sandoval Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 396020 DIALNET lock_openIdus editor

Resumen

Palabras clave: patrimonio vernáculo-construcción con tierra cruda-terremoto-adobe-financiamiento estatal La arquitectura patrimonial en tierra era, hasta hace muy poco, un ámbito escasamente estudiado en Chile, desde la perspectiva práctica y desde la teórica, y en general era visto como algo obsoleto. La situación sísmica del país había generado una percepción negativa de la edificación con tierra cruda, específicamente del Adobe. Los terremotos son en Chile un fenómeno recurrente que incide en la mirada que tenemos sobre nuestro hábitat. Entre 1825 y la actualidad, la Zona Central de Chile ha sufrido al menos diez terremotos de magnitud superior a 7,5 grados Richter. A causa de ello, y luego del sismo del año 1939, en Chile se prohibió la construcción en tierra bajo la premisa de que los edificios de adobe no resistían, a tal punto que luego del siguiente gran terremoto que afectó a la zona en 1985 se ordenó demoler gran parte de antiguos poblados y ciudades cuyas construcciones en adobe habían quedado en pie con mayor o menor daño. El gran terremoto que afectó a la Zona Central de Chile en 2010, el más grande ocurrido durante los últimos 100 años (décimo más grande de la Historia en el mundo), nuevamente movilizó la mirada puso en escena a la construcción en tierra, esta vez para evidenciar que a pesar de la gran cantidad de sismos ocurridos en esta parte del territorio aún persistían en pie un número significativo de inmuebles de adobe, tanto como para convertirse en patrimonio. Este estudio destaca la evolución de la visión pública como un cambio de paradigma, desde ¿el adobe mata (se cae)¿ a ¿el adobe persiste y representa el patrimonio cultural e identitario de la Zona Central de Chile¿, expresado tanto a nivel del ciudadano común como del Estado y sus políticas públicas. Luego de esta catástrofe la gestión del Estado en materia de puesta en valor patrimonial se ha diversificado y se ha constituido en un tema instalado en los programas estatales para los próximos años. La diversificación de los fondos ha redundado en un mayor número de inmuebles intervenidos, incorporándose incluso edificaciones de propiedad y uso privado como es la vivienda. Las nuevas políticas públicas de intervención en inmuebles patrimoniales nos conducen a uno de los temas a abordar en este estudio: dimensionar la cantidad y características de las intervenciones que se han comenzado a ejecutar. Lo que conlleva (i) comprender la naturaleza y tipo de intervenciones que se están ejecutando; (ii) conocer los resultados y los criterios con los cuales el Estado está invirtiendo en patrimonio construido, y (iii) dimensionar el cambio cultural que implicó el terremoto en materia de intervención patrimonial, cuantitativa y cualitativamente. Cabe tener presente que antes de terremoto de 2010 las capacidades técnicas y profesionales no intervenían en patrimonio inmueble en tierra cruda. Este estudio, enfocado en una de las regiones más damnificadas por el sismo, y desde donde emergen los nuevos sistemas de intervención pública en materia de patrimonio no monumental, reúne información en torno a lo que podría considerarse una fase experimental de restauración patrimonial en el país, sobre patrimonio construido edificado principalmente en Tierra. Dicha fase ejemplifica el cambio de paradigma detectado respecto de la visión que se tenía de nuestro patrimonio vernáculo. También es un objetivo del estudio crear un diagnóstico o estado de la cuestión respecto de las intervenciones con dineros públicos en el patrimonio inmueble edificado en tierra después del terremoto de 2010 en la VI Región, una de las más afectadas y que contiene la mayor cantidad de inmuebles patrimoniales construidos en tierra cruda. Antes de 1939 la construcción con tierra en Chile era la manera de construir más difundida desarrollándose a través del tiempo, acompañando toda la historia del país y adaptándose a todos los estilos que imperaron, generando así un desarrollo tecnológico que ha sido marcado por las reconstrucciones después de cada terremoto. Este desarrollo evolutivo ha dejado como resultado una variedad tipológica de edificaciones de tierra, que junto a la gran diversidad climática que caracteriza al país, definen distintas Culturas Constructivas de tierra cruda en Chile , las que surgen del vínculo de una determinada técnica con el territorio y la sociedad en los que se desarrolla. A partir de esta definición se distinguen las tipologías arquitectónicas presentes en la ¿Cultura Constructiva del Valle Central¿, representativa en la VI Región. Siguiendo con esta línea empírica de adaptación a la realidad y contexto de la cultura Constructiva del Valle Central, se aplican criterios estructurales de intervención basados en la observación de los daños luego de los sismos , en los cuales se basa la recientemente elaborada Normativa de Intervención Patrimonial en inmuebles de tierra Cruda (NCh 3332). Los resultados del análisis estadístico, basado en el total de iniciativas sobre inmuebles patrimoniales con financiamiento público, son categóricos. Luego de este análisis podemos decir que los inmuebles construidos en tierra representan plenamente al patrimonio construido en la VI Región y probablemente en toda la Zona Central. El 99% de los inmuebles patrimoniales intervenidos con alguno de los programas estudiados a raíz del terremoto estaban construidos en tierra. Se invierte principalmente en la restauración de viviendas y de iglesias, las que conforman dos de las cuatro tipologías arquitectónicas más representativas de la cultura constructiva de la Zona Central. La inversión en inmuebles patrimoniales construidos en tierra, tanto en cantidad de recursos como en cantidad de inmuebles intervenidos, presenta una diferencia sustancial antes y después del terremoto; la inversión anual se duplica el primer año (2010) e incluso se quintuplica el tercer año (2012). Sin embargo no podemos contrastar este fenómeno con otros momentos de la historia ni con otras regiones que hayan sufrido terremotos recientes puesto que es un fenómeno nuevo. No existen antecedentes de inversión en restauración patrimonial de forma sistemática, sólo el Programa de Puesta en Valor - MOP, que en el año 2009 recién ejecutaba sus dos primeras obras de restauración en la VI Región. Las reflexiones se centran entonces sobre la factibilidad de permanencia de los cuatro programas estudiados, los que están ligados al contexto de la catástrofe, salvo el Programa de Puesta en Valor del Ministerio de Obras Públicas, que tiene ya un carácter permanente y un presupuesto asegurado, y el Fondo del Patrimonio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes que proyecta funcionar en forma permanente. Los dos programas invierten principalmente en inmuebles de uso público, el primero sólo en inmuebles protegidos por ley de Monumentos Nacionales y el segundo en inmuebles sin protección legal, ampliando el espectro de bienes que podría resguardar. Sin embargo los otros dos programas, que coincidentemente son los que más recursos han invertido y los que se han generado desde la región, tienen un carácter transitorio. La Glosa de presupuesto con financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional está aprobando los últimos proyectos que financiará, pues los recursos que destina son necesarios para financiar otros tipos de proyectos regionales. El Plan de Reconstrucción Patrimonial del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que está invirtiendo en restauración y reconstrucción de viviendas con técnicas de tierra cruda (situación impensable antes de este terremoto), ya terminó su período de vigencia y no recibe más postulaciones a subsidios. La gran cuestión es decidir si vale la pena hablar de políticas de emergencia en materia de patrimonio cuando el patrimonio construido está en una constante situación de emergencia. Chile es un país sísmico y los terremotos ocurren con una frecuencia de 10 a 20 años en el mismo lugar, pero a nivel nacional los episodios son cada 2, 3 o 5 años como máximo, por lo tanto hay un terremoto cuando aún no se ha terminado el proceso de reconstrucción de un terremoto anterior ocurrido en otra región. Cuando sucedió el terremoto de 2010 recién se estaban comenzando a ejecutar las obras de los proyectos de restauración de inmuebles Monumento Histórico de la zona de Tarapacá y de Huara, por los terremotos de los años 2005 y 2007, respectivamente. Mientras escribía las conclusiones de esta investigación, ha ocurrido otro terremoto de 8,2 ° Richter en Canela Baja, Norte Chico de Chile, donde también existe una cultura constructiva en tierra cruda expuesta a las mismas amenazas que se vivieron en la VI Región inmediatamente después del terremoto de 2010; sin embargo, este proceso comienza en un mejor pie ya que el paradigma imperante considera al ¿adobe como el material que conforma el patrimonio cultural identitario de Chile¿. Se concluye finalmente que el terremoto de 2010 generó un cambio de paradigmas con respecto al patrimonio construido en tierra, revalorizándolo y sacándolo del estado de abandono que tenía desde el año 1939, a pesar del cual conservaba y mantiene una presencia evidente en el territorio chileno. El proceso reconstructivo desarrollado en la VI Región puede ser representativo de una nueva mirada sobre el ¿patrimonio cultural-social-cotidiano¿ y de las posibilidades que entrega el material tierra (patrimonio cultural = cultura constructiva) en el ámbito de la sostenibilidad ambiental y de su adaptación al contexto sísmico en el que se desarrolla, así como de las posibilidades de replicarse en forma mejorada en el futuro. Se concluye también la conveniencia de implementar un programa de restauración patrimonial permanente en el Ministerio de Vivienda, ya sea para enfrentar las recurrentes catástrofes como para la mantención de las viviendas insertas en contextos patrimoniales; es el momento de dejar sembrado en el Estado estos planes de largo aliento, aprovechando la sensibilidad de la sociedad en este momento respecto al tema. Debemos recordar que los terremotos no son un evento que altera nuestras vidas sin que lo esperemos, son recurrentes, y las consecuencias que generan son esperables y similares en la gran mayoría de los casos.