Segovia y sus murallas en la alta edad media
- Martín Blanco, Miguel Angel
- Fernando Vela Cossío Director/a
Universidad de defensa: Universidad Politécnica de Madrid
Fecha de defensa: 07 de julio de 2017
- José Miguel Merino de Cáceres Presidente/a
- Julian García Muñoz Secretario/a
- Miguel Ángel Chaves Martín Vocal
- José Luis Sainz Guerra Vocal
- Enrique Daza Pardo Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Según la historiografía tradicional se considera que la muralla de Segovia se construye a raíz de la repoblación de la ciudad por la iniciativa del rey Alfonso VI en 1088, tras la conquista de Toledo, considerándose terminada en 1122 según la documentación histórica disponible. Del mismo modo, los Anales Toledanos califican a la ciudad de Segovia como yerma y despoblada antes de esta repoblación. Así pues, parece que la muralla se realiza de una sola vez, como una intervención unitaria y que la ciudad actual, que surge con esa repoblación, se asienta con un trazado de nueva planta, aparentemente exento de condicionantes y preexistencias, sobre un espacio libre, o a lo sumo, sobre un campo de ruinas, pero deshabitado. La falta de estudios sobre la muralla en particular, y sobre la configuración de la ciudad antes del año 1088 en general, han contribuido a la aceptación de estas premisas, sin que hasta la fecha se hayan intentado demostrar otras posibilidades. La presente tesis pretende revisar estos aspectos, toda vez que creemos que existen suficientes indicios para aportar nuevas perspectivas a la difusa historia de la ciudad de Segovia durante la Alta Edad Media. La observación minuciosa de la muralla, entendiéndola como un documento construido, leyendo e interpretando sus discontinuidades constructivas, así como la relectura de las fuentes documentales históricas existentes en busca de nuevas interpretaciones, complementado con el análisis de las fotografías, grabados y otros documentos gráficos históricos nos ha permitido redescubrir algunos elementos de la muralla como puertas perdidas, postigos tapiados, torres desaparecidas o lienzos en los que se ha modificado su trazado, a la vez que encontrar una métrica que modula de manera regular la muralla. El estudio de la forma de las torres, de la configuración de las puertas, postigos y zócalos, de los materiales, sistemas constructivos y aparejos empleados, así como de la métrica subyacente a todo ello, ha permitido demostrar la existencia de una muralla previa de factura hispanomusulmana. Del mismo modo ha posibilitado diferenciar etapas constructivas posteriores a esa repoblación en que se ejecutan recrecidos, reconstrucciones, e intervenciones en las que, en algunos casos, se han podido identificar unas características comunes e invariantes gracias a las cuales se han establecido unos sectores homogéneos, proponiendo un proceso histórico constructivo para la muralla cuyas importantes transformaciones, inevitablemente, han tenido repercusión sobre la evolución de la estructura urbana. La constatación de la existencia de una muralla previa a la repoblación cristiana, que datamos desde mediados del siglo X hasta el XI, nos hace replantearnos que ésta se efectuase realmente sobre un espacio yermo y proponernos una hipótesis alternativa de que el asentamiento se haya efectuado en el interior de un recinto amurallado, quizá incompleto, pero ya habitado al menos parcialmente, adaptándose por lo tanto, a una estructura urbana ya definida preexistente. Conforme a esta hipótesis, el análisis de la estructura urbana, del trazado de sus calles y plazas, la morfología de sus manzanas y parcelas y la configuración de sus edificaciones históricas, especialmente la muralla y sus puertas, por su efecto focalizador sobre la red viaria urbana, evidencia la existencia en el recinto amurallado de dos tipos de tramas urbanas, una claramente vinculada a la repoblación de Alfonso VI y otra anterior, más arcaica, testigo de un asentamiento habitado previo a esa repoblación, del que, por falta de información arqueológica, no podemos aportar más que un esbozo de su estructura urbana. La pervivencia de esa muralla hispanomusulmana nos sirve de apoyatura para creer que hemos encontrado la huella de la Segovia musulmana, un eslabón hasta ahora desconocido en la evolución de la ciudad actual.