La monarchia frente a los nacionalismos emergentes. La visión de Francia, Flandes e Inglaterra en la diplomacia española (1559-1598)
- Canales Ramírez, Diego Matías
- Máximo García Fernández Director
Universidad de defensa: Universidad de Valladolid
Fecha de defensa: 16 de enero de 2017
- Manuel Herrero Sánchez Presidente/a
- Alberto Marcos Martín Secretario
- Félix Labrador Arroyo Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Bajo el reinado de Carlos V y Felipe II, el Estado Moderno Español se afianzó política e ideológicamente en torno a la figura del monarca como un vicario de Dios en la tierra para gobernar a su pueblo. Sus decisiones, afianzadas en torno a la "razón de Estado", no podían ser cuestionadas so pena de cometer un acto de rebelión que era duramente sancionado no solo como un delito, sino como un grave pecado contra Dios. La cohesión lograda fomentó el surgimiento de una filosofía que cuestionaba cualquier innovación en el ámbito político e ideológico, considerándolo una amenaza para el poder de los monarcas, y especialmente en el ámbito ideológico, pues el disidente religioso podía convertirse fácilmente en un disidente político. La defensa a ultranza de este ideal llevó a España a enfrentarse a gobernantes que, favorecidos por las prédicas de Martín Lutero y Juan Calvino, lograron unifciar al reino gracias a la sanción moral impuesta por las Iglesias, cuyos nuevos prelados se convirtieron en funcionarios del Estado y portavoces de la idea del derecho divino de los monarcas, a pesar de los movimientos de oposición como la Rebelión del Norte en Inglaterra. Pese a ello, los teóricos políticos protestantes, especialmente el ya mencionado Calvino, justificaban en parte el derecho de resistencia a magistrados que no velaban por el bienestar de sus súbditos, y especialmente, en el caso de aquellos que no cumplían con sus deberes de la Iglesia, oponiéndose así a las tentativas de cohesión impulsadas por Felipe II. La tesis se centra en el estudio de un periodo de alta conficltividad, marcado por la sinergia de los problemas generados en reinos cuya unificación planteó grandes dificultades, como es el caso de una Francia y una Inglaterra donde la autoridad de sus monarcas fue cuestionada política e ideológicamente, y un volátil Flandes donde el calvinismo contribuyó al surgimiento de un incipiente nacionalismo. Para maniobrar en un turbulento contexto, Felipe II hizo uso de un valioso instrumento en manos de los monarcas españoles: la diplomacia, cuyas pautas fueron forjadas por los Reyes Católicos y se impusieron en todas las cortes occidentales.