Violencia contra las mujeres en la Castilla del final de la edad mediadocumentos para el estudio de las mujeres como protagonistas de su historia

  1. Álvarez Bezos, María Sabina
Dirigida por:
  1. María Isabel del Val Valdivieso Directora

Universidad de defensa: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 04 de diciembre de 2013

Tribunal:
  1. Juan Carlos Martín Cea Presidente
  2. Cristina de la Rosa Cubo Secretaria
  3. Beatriz Arízaga Bolumburu Vocal
  4. Ricardo Córdoba de la Llave Vocal
  5. María del Carmen García Herrero Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Esta tesis estudia la violencia ejercida contra las mujeres en la Castilla del fin de la Edad Media. Su objetivo es demostrar, en la medida de lo posible, a través de las fuentes documentales, cómo la mujer no sólo ha sido víctima de los malos tratos a lo largo de la historia, sino que también ha sido protagonista activa de su propia historia, en el sentido de que ha luchado por su libertad y por su dignidad. Con este fin, nos propusimos estudiar lo que sucedía realmente en la Baja Edad Media con las mujeres que sufrían violencia por parte de los varones, cuál era su actitud ante la agresión masculina, qué medios legales tenían a su alcance para protegerse, si es que lo hacían, y qué consecuencias se derivaban de estas actuaciones. El arco cronológico del estudio se ciñe fundamentalmente al periodo del reinado de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. En algunos casos, y muy puntualmente, nos hemos referido por su interés a documentos anteriores y posteriores a dicho reinado. El extenso marco geográfico de la tesis abarca los territorios de la Corona de Castilla bajomedieval en la Península Ibérica. En lo que respecta a la metodología, nos propusimos la búsqueda de las actuaciones directas de la justicia real durante el reinado de los Reyes Católicos, cotejando el cumplimiento y la aplicación de las leyes de carácter regio con los casos denunciados. Por ello, y antes de iniciar el análisis de los sucesos concretos, creímos pertinente presentar el marco jurídico general, así como el ejercicio de la fe pública, ya que esto nos permitiría comprender y valorar mejor la situación cotidiana de las mujeres maltratadas y sus reacciones. En primer lugar, analizamos diversos fueros castellanos por la pervivencia que tuvieron, sobre todo, en el campo de la mentalidad y en las costumbres de la época. En segundo lugar, examinamos las leyes promulgadas por los reyes castellanos, desde Alfonso X el Sabio hasta los Reyes Católicos, ocupándonos especialmente de los aspectos relacionados con nuestro tema. Por último, y en tercer lugar, nos detuvimos en las fuentes sinodales de algunas de las más importantes diócesis de la Corona de Castilla hasta la primera mitad del siglo XVI por el valor que el hecho religioso tuvo siempre en aquella sociedad. En el desarrollo metodológico del trabajo han tenido una especial importancia los testimonios recogidos en más de un centenar de documentos que han permanecido inéditos en los depósitos de los archivos estatales, formando parte de los procesos judiciales que se originaron a partir de las denuncias de las agredidas o de sus familiares. Así, hemos comprendido cuáles eran sus acciones, y no tan sólo las de aquellas que pertenecían a las clases más pudientes, sino también, y en no pocas ocasiones, las de mujeres de condición sencilla. Esto nos ha permitido situar en un primer plano a muchas de las que lucharon por su integridad, reparando de este modo sus anónimos nombres y vivencias, dormidos y ocultos en el tiempo, olvidados durante siglos por los libros de historia. Una vez realizado el trabajo compilatorio de legislación y fuentes documentales, y con los conocimientos adquiridos, nos preguntamos sobre quiénes componían fundamentalmente el grupo de los maltratadores. Maridos, padres, hijos, vecinos, criados, señores o clérigos que intentaban justificar lo injustificable, el uso de la fuerza y, en no pocas ocasiones, el abuso de poder. Hombres que golpeaban, herían o asesinaban a sus mujeres sin causa aparente. Otros que pretendían validar sus agresiones alegando un supuesto o real adulterio cometido por ellas, a pesar de que las leyes les obligasen a denunciarlo, prohibiéndoles expresamente que se tomaran la justicia por su mano. En otros momentos, sabemos que lo hacían llevados por la codicia o, simplemente, para poner punto final a su propio delito de bigamia, hecho éste no tan infrecuente como cabría esperar. Las mujeres agredidas denunciaban con gran frecuencia los maltratos recibidos, concurriendo en primera instancia a la justicia más próxima, no dudando en acudir a los monarcas cuando lo consideraban necesario. En la mayoría de las ocasiones la denuncia tenía como consecuencia el embargo de bienes del inculpado, el destierro, una sanción pecuniaria, e incluso, y en no pocas ocasiones, la pena de muerte. En un capítulo aparte, recogemos los testimonios de numerosas mujeres que solicitaron, para protegerse de sus maltratadores, cartas de seguro que les fueron concedidas por los monarcas. Éstas eran un instrumento público por el que los reyes se comprometían a dar protección a quienes se sentían en peligro, temiendo por su vida, su integridad o sus bienes. En el transcurso de la investigación hemos podido comprobar cómo también ellas, doncellas, casadas y viudas, ricas y pobres, acudían al poder real en busca de la seguridad y la protección que les proporcionaba este tipo de salvoconducto frente a sus maltratadores. A lo largo del trabajo se presentan los casos de muy diferentes mujeres. Pero no hemos pretendido hacer una colección de microhistorias, sino presentar a través de estos ejemplos una faceta concreta de la sociedad de esta época que, a nuestro juicio, permite comprender mejor la posición de las mujeres en la Castilla de finales de la Edad Media, así como la reacción que esa conducta producía en las maltratadas y en su entorno más próximo. Creemos que los documentos con los que hemos trabajado permiten contradecir cualquier idea referente a que ellas pudieran haber sido personas anodinas, sin posibilidad de levantar su voz para expresarse contra las situaciones que las degradaban, o las convertían en esclavas de una sociedad masculinizada. Al contrario, las muestran actuando con voluntad y voz propia. Vislumbramos también cómo sus familiares más cercanos o sus amigos no las dejaron solas, pues hemos podido constatar que las protegieron en cada momento, llegando incluso a entablar ellos mismos los procesos judiciales cuando habían sido asesinadas a manos de sus maltratadores. Con este estudio queremos reivindicar, como ya hemos apuntado, el papel de la mujer medieval como protagonista de su propia historia, incluso en las circunstancias más adversas. El rastreo y, sobre todo, la transcripción de muchos de los documentos compilados en este trabajo nos han dado luz y nos han aproximado a una nueva imagen de la mujer castellana de finales del siglo XV y principios del XVI. Fueron, sin temor a dudas, mujeres valientes que con su denuncia y su manera de actuar sentaron las bases para las futuras generaciones.