La propaganda politica en torno al conflicto sucesorio de Enrique IV

Resumo

La importancia de la palabra escrita es obvia, y la palabra que genera la verdad es indispensable a la hora de justificar un conflicto, pero a lo largo de la Edad Media lo que decidíaa la situación era la legitimidad conseguida por las armas. La capacidad de certificación de la palabra es inestable y siempre ambigua, como podemos ver en casos como el del reinado de Alfonso X en el siglo XIII, la revolución de Trastámara del siglo XIV o la guerra civil en el reinado de Juan II, y por lo que era preciso recurrir a la guerra. Pero en el conflicto sucesorio de la segunda mitad del reinado de Enrique IV, en el que se vive una fase de gran transformación en la historia de Castilla, que se correponde con un período en el que cambia el sistema educativo, así como la forma en que se divulga el discurso, todo ello marcado por la introducción de la imprenta, no se decidió por la vía de la victoria militar. El rey no disponía del suficiente poder militar para someter al partido contrario. Del otro lado, tanto al partido alfonsino, como después al isabelino, les faltaba el poder militar y económico necesario, de manera que el problema tendía a estancarse. En este estado de cosas las suplicaciones surgieron como una importante estrategia. Hasta ese momento, en Castilla las suplicaciones se entendían como un medio de propaganda útil para difamar al rey y rebajar su prestigio. Ahora esas suplicaciones son minuciosamente elaboradas por teólogos e intelectuales con el fin de insistir y conseguir la legitimidad de su opción según el código de la época, adquiriendo así un papel institucional. Desde este punto de vista en la presente tesis ha intentado concretar ese sistema de funcioamiento para describir el papel del discurso en la sociedad castellana, y el lugar que ocupa la propaganda política en el conflicto sucesorio de Enrique IV.