El carnero (1636-1638) y el español neogranadino del siglo xviianálisis interdisciplinar

  1. CATALÁN MORCILLO, SUSANA
Dirigida por:
  1. Micaela Carrera de la Red Directora

Universidad de defensa: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 08 de junio de 2015

Tribunal:
  1. José-María Paz-Gago Presidente/a
  2. Rosario Navarro Gala Secretario/a
  3. Manuel Galeote Vocal
  4. Neyla Graciela Pardo Abril Vocal
  5. Eva Bravo-García Vocal
Departamento:
  1. Lengua Española

Tipo: Tesis

Resumen

INTRODUCCIÓN Escrita entre 1636 y 1638 por Juan Rodríguez Freile, a quien nos referiremos en lo sucesivo como Rodríguez Freile, la obra conocida como El Carnero fue ideada inicialmente como la crónica de aquellos hechos históricos relacionados con la Conquista y descubrimiento del Nuevo Reino de Granada de las Indias Occidentales del Mar Océano y Fundación de la ciudad de Santafé de Bogotá entre los siglos XVI y XVII, tal y como reconocía el mismo autor en su dedicatoria inicial a Felipe IV. Sin embargo, pese a que su título original indica que el cometido inicial del autor fue la reseña historiográfica, según avanza la obra, podemos comprobar cómo ese proyecto inicial se va diluyendo entre intrigas, anécdotas, leyendas populares acerca de infortunios de amor y desamor así como entre experiencias, lecturas o rumores, todo ello en un discurso que hemos denominado ¿freiliano¿. Rodríguez Freile lo engalana con insinuaciones, giros y sentencias que revelan, de algún modo, su apreciación particular sobre el mundo que le rodea, esto es: su mundología. CONTENIDO DE LA INVESTIGACIÓN A lo largo de los veintiún capítulos (XXI) de los que consta la obra ¿sin contar los ¿Catálogos¿ finales-, Rodríguez Freile expone las costumbres y vicisitudes de aquellos primeros pobladores y de los naturales americanos. A partir de su relato, deducimos que hubo ciertas conductas poco decorosas que resultaron muy perjudiciales para la evolución socioeconómica y política del Nuevo Reino de Granada como gobierno dependiente de la Corona española. Rodríguez Freile escudriña en lo que se refiere a los hábitos de la población neogranadina, perfila sus modos de ver la vida y exterioriza la mentalidad dominante en la época. De este modo, el autor da cuenta de los vicios de una sociedad sumida en la desigualdad y en la decadencia debido a las ansias de enriquecimiento y a la avaricia de los colonizadores y sus descendientes durante más de cien años de gestión (1536-1638). Éste es, quizás, uno de los motivos por los que todos los que hemos estudiado la figura y la obra de Rodríguez Freile coincidimos en admirar su idiosincrasia. La obra refleja el devenir histórico de un país que fue el resultado de la relación entre dos culturas tan diferentes y remotas como fueron la española y la chibcha en un contexto espacio-temporal muy concreto: el Nuevo Reino de Granada durante un siglo de asentamientos. Dicha unión dio lugar a un rico mestizaje no solo étnico, cultural y lingüístico, sino también de ideas, conceptos, signos, imágenes, sentidos. Gracias a una obra como El Carnero, el sempiterno ¿amigo lector¿ ha podido conocer, pese al inexorable paso del tiempo, lo que aconteció en el Nuevo Reino de Granada durante el periodo colonial, especialmente en las ciudades de Santafé y Tunja. La finalidad última de este estudio, por tanto, es aportar a lo largo de sus cuatro capítulos una visión innovadora que se ampara bajo el prisma de otros estudios de índole diacrónica, en tanto que hablamos de una transformación idiomática del español radicado en el Nuevo Reino de Granada desde un Análisis Lingüístico (AL) integrador y coherente. Además, hemos profundizado en El Carnero aproximándonos a los principios rectores del Análisis Crítico del Discurso (ACD), establecidos por grandes figuras como Ducrot (1986) y Van Dijk (1999), lo que supone manejar una metodología interdisciplinar que atañe de forma transversal a múltiples disciplinas tales como la Teoría de la Literatura y la Narratología, la Semiótica, la Sociolingüística, la Etnolingüística, la Pragmática, la Lingüística Cognitiva o la Psicolingüística, así como a la Lexicografía histórica, defendida en su día por otro célebre colombiano como Rufino José Cuervo, además de la Semántica estructural impulsada por Coseriu (1977). Al mismo tiempo, hemos tenido en cuenta el empleo que hace Rodríguez Freile de toda una serie de habilidades expresivas, inexploradas hasta ahora, y que, a nuestro entender, dan forma a un discurso instructivo que resulta tanto o más relevante que otras propiedades formales de la obra, como son la historicista o la ficcional. De esta manera, el universo histórico neogranadino se cohesiona a la perfección con un conjunto de sucesos, de gran carga ficcional, y con digresiones de índole sermonística, las cuales constituyen una táctica argumentativa de gran interés discursivo y son tan frecuentes, reconocibles y delimitables, que ratifican El Carnero como obra de gran originalidad, hoy reconocida por lectores y críticos de cualquier parte del mundo. Una vez examinadas las estrategias discursivas que utiliza Rodríguez Freile -a modo de cordial disculpa- para amonestar los deslices de una sociedad aparentemente despreocupada, hemos pasado, en el tercer capítulo de la tesis, al análisis diacrónico de diferentes aspectos relativos al AL del español que emerge en El Carnero. En nuestra opinión, la obra es el testimonio fehaciente de una transformación idiomática, específica del Nuevo Reino de Granada, la cual estuvo derivada del contacto interlingüístico ¿español-chibcha¿. A priori, emprender un análisis globalizador como el que presentamos, parece una labor complicada ¿y, lo reconozco, así ha sido-, debido a que no existen fuentes previas de metodología similar a la presente. Sin embargo, entendemos que la investigación interdisciplinar, madurada por autores como Davies y Elders (2004), es la técnica más apropiada para descubrir esta obra postrera de Rodríguez Freile en toda su complejidad y universalidad. En consecuencia, con el presente estudio hemos querido presentar todas y cada una de las razones por las que consideramos que El Carnero es una auténtica enseña dentro del complejo cultural colombiano. Con un estilo inusitado para su época, Rodríguez Freile encarna una indudable capacidad para alzarse como informador, crítico y mentor de una realidad viva y memorable, valiéndose siempre de su discurso, lo que es una particularidad de la obra cada vez más apreciada por la crítica. Las relaciones sociales establecidas en la colonia originaron sentimientos en defensa de ¿lo propio¿, de lo americano, algo que suscitó emociones encontradas y actitudes de repulsa con el paso de los años entre los miembros de los grupos más desfavorecidos, como fueron los criollos, ubicados socialmente a medio camino entre los españoles y los mestizos. Precisamente, hemos prestado especial atención a la descripción que hace Rodríguez Freile de las costumbres y la sociedad de la comunidad santafereña durante los siglos XVI y XVII, empleando para ello un lenguaje sencillo, pulcro y cargado, a su vez, de expresividad que se hace más patente en el componente léxico, fluctuante desde los primeros años de contacto interlingüístico. Nos ha despertado un interés especial el empleo de indoamericanismos que realiza el autor a lo largo de la obra, por lo significativo que resulta, sobre todo en lo que se refiere a la descripción del ceremonial conocido como ¿El dorado¿ (Cap. III), y que es una de las mejores descripciones realizadas por Rodríguez Freile en El Carnero. Esta célebre narración promovió toda una tradición fabulosa posterior al relato de Rodríguez Freile, en la que muchos ven una muestra de que el origen del mencionado realismo mágico americano ya había nacido en la época colonial. CONCLUSIONES Por todo ello, y debido a la extraordinaria singularidad de Rodríguez Freile, otro gran quijote, hoy podemos decir que El Carnero ofrece una de las miradas más expresivas sobre hechos oficiales ¿tanto como oficiosos- concernientes a la Conquista y colonización del Nuevo Reino de Granada. Al mismo tiempo, la obra permite descubrir el busilis doméstico e íntimo de Santafé de Bogotá y Tunja, los vicios, las virtudes, los yerros y las buenas obras de sus gentes. De este modo, Rodríguez Freile honró con su obra la ciudad que le vio nacer, convirtiéndola en una de las urbes más florecientes del nuevo continente y capital de aquel Reino que alguien bautizaría, algún día, como Colombia. BIBLIOGRAFÍA BAJTÍN, M. (1989): Teoría y estética de la novela, Madrid, Taurus, 1978. BENSO, S. (1977): ¿La técnica narrativa de Juan Rodríguez Freyle¿, en Thesaurus, Bogotá, Boletín del ICC, XXXII, Núm. 1, pp. 95-165. CANELLADA, Mª J. y PALLARES, B. (2001): Refranero español. Refranes, clasificación, significación y uso, Madrid, Castalia. COSERIU, E. (1977): Tradición y novedad en la ciencia del lenguaje, Madrid, Gredos. DAVIES, A. y ELDERS, C. (2004): The Handbook of Applied Linguistic, Oxford, Blackwell. DE MORA VALCÁRCEL, C. (1996): ¿Lecturas de El Carnero¿, en Cauce Revista de Filología y su Didáctica. Homenaje a Amado Alonso, (1896-1996), Núm. 18-19 (1995-1996), pp. 741-770. DUCROT, O. (1972): Decir y no decir. 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