Población, economía y sociedad en el mundo rural castellano (1500-1850). Melgar de Arriba en su historia moderna.

  1. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, JOSÉ LUIS
Dirigida por:
  1. Máximo García Fernández Director

Universidad de defensa: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 08 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Alberto Marcos Martín Presidente
  2. María de los Ángeles Sobaler Seco Secretaria
  3. Francisco García González Vocal
  4. José Pablo Blanco Carrasco Vocal
  5. Juan Manuel Bartolomé Bartolomé Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La tesis pretende conocer a fondo la microhistoria de https://www.educacion.gob.es/teseo/teseo/almacenarInfo.douna pequeña localidad de la comarca vallisoletana de Tierra de Campos, Melgar de Arriba, aunque referenciándola siempre sobre la macrohistoria general de la Castilla Moderna, aproximándonos al ideal de la historia total. Y a través del conocimiento al detalle de esta sociedad local, en sus múltiples vertientes, se aspira también a obtener las claves básicas de funcionamiento de las pequeñas comunidades rurales de este tipo, para las que este estudio de caso pretende ser una muestra representativa y, a la vez, un modelo estructurado de análisis para futuros trabajos de investigación local. Para su estudio han consultado archivos nacionales, provinciales, eclesiásticos y locales, así como diversas fuentes editadas, repertorios documentales e inventarios. Todo ello alumbrado por la bibliografía existente sobre el tema. Dividido en varios capítulos, a través de un enfoque estructural, se conjugan modelos de investigación convencionales con otros enfoques más actuales, abordando de manera transversal aspectos variados de la población, la economía, la sociedad, las instituciones, las condiciones de vida, el consumo, las estrategias familiares o las mentalidades y comportamientos socioculturales por los que atravesaron las pequeñas comunidades rurales del interior castellano durante el Antiguo Régimen. En cuanto a las etapas precedentes, sobre todo la medieval, la singularidad y riqueza de las fuentes documentales referentes a Melgar y su entorno nos ofrecen una visión privilegiada de la evolución seguida en buena parte de la cuenca del Duero, resumida inmejorablemente también en los apelativos que el enclave fue teniendo a lo largo del tiempo. En la travesía de la Edad Media a la Moderna, su paso a la jurisdicción señorial fue el mismo que dio buena parte de esta Castilla rural. El modelo de villa de señorío que ejemplifica Melgar nos ofrece las claves de este régimen jurisdiccional, que se hace extensible también al resto de villas igualadas por un mismo engranaje señorial. Al igual que en el resto de villas de señorío, el concejo es el órgano intermediador entre el señor y la villa. Un concejo de carácter abierto, adaptado a la realidad agro-ganadera de su entorno, sustentado en su patrimonio comunal y asumiendo unas competencias esenciales de dirección y conservación de la comunidad vecinal. Unas características básicas, que son también claves en el resto de pequeños concejos del interior, aunque con los matices propios de los usos locales y las posibilidades que ofrezcan los recursos comunales de cada uno. En cuanto a la demografía, se ha comprobado el paralelismo de la evolución de la población local con el modelo demográfico de la Castilla interior, expresado en las repetidas fases de expansión y retroceso vegetativo. Una realidad común, sobre todo en estos pequeños vecindarios rurales, tan sensibles a las pérdidas consecutivas de cosechas y al posterior endeudamiento que conllevan, que tan negativamente influyen en su propia capacidad de reproducción. Una demografía altamente ligada a la economía local. La agricultura de subsistencia y la ganadería ovina, profundamente ligadas entre sí, son las actividades que sustentan a las haciendas de la localidad y el mismo motor que mueve toda la economía castellana. Aunque las claves siempre están en el reparto polarizado de propiedades, ganados y explotaciones, con un importante patrimonio en manos de instituciones civiles y eclesiásticas. Una estructura que sigue el modelo común castellano de la Edad Moderna, donde las singularidades locales las protagonizan las aptitudes del terrazgo para unos u otros cultivos o las posibilidades de aprovechamiento de otros recursos naturales como el agua. Y de esta básica dedicación agro-ganadera se deriva también la estructura socio-ocupacional de la localidad. El peso del sector primario, mayoritariamente arrendatario o asalariado. La importancia de las actividades artesanales y profesionales. La presencia de grupos marginales. Sobre esta estructura ocupacional se solapa la otra estamental que diferencia a clérigos e hidalgos del resto del común de vecinos. Aunque las auténticas diferencias sociales están en las desigualdades económicas y culturales, con la presencia constante de un pequeño grupo de privilegiados. Y se analiza también el campo de la cultura material y de las condiciones de vida. Este modelo social que ofrece Melgar, tanto en su división ocupacional como en la estamental y, sobre todo, en esa diferenciación socio-cultural entre una mayoría popular y una minoritaria élite rural, define una estructura social básica que puede ofrecernos las claves sociales que rigen en el conjunto de pequeñas comunidades agrarias. Las instituciones religioso-benéficas las hemos analizado desde la perspectiva económica, artística y mental. Se analizan las propiedades y rentas del priorato de Trianos, las iglesias parroquiales y las ermitas filiales. También la multitud de cofradías, el hospital de pobres, el pósito de granos, y el resto de obras pías, capellanías, memorias y aniversarios. Y junto con sus tierras y ganados, su patrimonio artístico. Y se analizan las mentalidades y comportamientos colectivos dirigidos desde estas instituciones. Como parte plenamente integrada en la sociedad y en la economía de la época moderna, la visión de conjunto de la multitud de instituciones religiosas y benéficas ubicadas en Melgar es común a la de la Castilla rural: todas estaban tan vinculadas a la tierra como las propias comunidades concejiles en las que se integraban. Su patrimonio artístico era el resultado de unas creencias universalizadas. Al igual que sus comportamientos y mentalidades colectivas, sacralizadas y clericalizadas, ajustadas a un mismo modelo dirigido desde las propias instituciones. Los acontecimientos que llevaron al lento final de todo este viejo entramado del Antiguo Régimen tienen su perfecto reflejo en los avatares que se vivieron en Melgar. Se analiza la crisis de finales del siglo XVIII, prolongada durante los primeros años del XIX, las repercusiones de la Guerra de la Independencia, los procesos desamortizadores de la época, tanto de bienes concejiles como eclesiásticos, y el significado de la abolición de los señoríos. Unos acontecimientos que, sin duda, también ejemplifican la visión de conjunto del mundo rural castellano particularmente afectado por los cambios en el régimen de propiedad de la tierra que repercutió sensiblemente en múltiples aspectos de sus vivencias y comportamientos colectivos e individuales. Este estudio pormenorizado nos ha puesto en contacto directo con el verdadero corazón de la historia, con sus protagonistas, comprobando múltiples aspectos de la colectividad y de la intimidad. En resumen, un marco comparativo para futuros trabajos de investigación centrados en las pequeñas comunidades agrarias del interior castellano, en estos universos rurales que, aunque aparenten aislados, reproducen a escala la sociedad de la época, con sus puntos de encuentro y sus diferencias, a los que igualmente alcanza el entramado institucional, afectan indistintamente los acontecimientos históricos y participan asimismo de las mayoritarias vivencias sacralizadas de la Edad Moderna española.