Capilla en el Camino de SantiagoArquetipo de un espacio metafísico

  1. Ramos Jular, Jorge
Libro:
II Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Aprender de una obra: Actas digitales de las Comunicaciones aceptadas al Congreso
  1. Couceiro Núñez, Teresa (coord.)

Editorial: Fundación Alejandro de la Sota

ISBN: 978-84-606-7879-3

Año de publicación: 2015

Páginas: 491-501

Congreso: Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española (2. 2015. Madrid)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

Animados por la intensa colaboración que estaban desarrollando en el proyecto para el Santuario de Arántzanzu en los inicios de los años 50, el escultor Jorge Oteiza y Francisco Javier Sáenz de Oiza, junto al también arquitecto José Luis Romaní, deciden presentarse a la convocatoria delPremio Nacional de Arquitectura del año 1954 bajo el tema de �una Capilla en el Camino de Santiago�. La propuesta presentada, localizada en algún lugar indefinido de la meseta castellana, les valdría, a la postre, el Premio Nacional de Arquitectura de esa edición. Según su memoria, los autores proyectan un �humilladero�, un pabellón vacío abierto al exterior pero limitado por un muro trabajado con un relieve plástico por Oteiza, y cobijado por una estructura espacial geométrica formada por elementos lineales metálicos que configura la cubierta en clara alusión a las mallas espaciales miesianas del gusto de Oiza en aquella época. El edificio renunciará a cualquier signo religioso, exceptuando las representaciones figurativas de los frisos de Oteiza, que tendrán, sin embargo, un carácter simbólico, al trabajarse en él temas relacionados con la Vía Láctea como representación del Camino de Santiago. De hecho, esta ausencia de signo frente a la apuesta por la técnica supusieron uno de los motivos reseñados por el jurado para la concesión del Premio. El concepto esencial de la propuesta como espacio contenedor al modo de una cámara desocupada, pero con gran capacidad de generar actividad espacial, le servirá al propio Oteiza de experimentación previa a sus conocidas cajas vacías y cajas metafísicas de su época conclusiva, confirmándose las interacciones entre la obra del escultor vasco y el espacio arquitectónico. El propio Juan Daniel Fullaondo, profundo estudioso de la obra oteiziana y colaborador de Sáenz de Oiza, definirá el proyecto de la Capilla como �la primera caja metafísica, o proto-caja�, en alusión a la anticipación referida a la representación del espacio vacío que consigue con sus últimas obras escultóricas. No interesará abordar tan sólo el proyecto desde disquisiciones temáticas sobre la monumentalidad de la arquitectura religiosa, sus cualidades simbólicas o sobre el papel de la técnica aplicada a la arquitectura, conceptos destacados, por otro lado, por el jurado del Premio. Lo que interesará, más bien, será destacar las estrategias y características del proyecto en sus relaciones con el lugar, en donde el proyecto se presenta como un espaciointermedio o pausa, un tipo de espacio primitivo cercano a conceptos orientales; o el proyecto como este espacio contenedor, vacío al que hemos hecho referencia previamente. El proyecto construye un espacio sin una función religiosa clara, sin altar, sin nada. Pese a ello, el edificio tiene vocación de reclamo, es un vacío en espera, un contenedor que espera ser habitado. Es precisamente en esta indeterminación espacial y temporal, donde entendemos la vigencia del proyecto dentro de los valores esenciales que se mantienen en la arquitectura, trascendiendo el momento en el que fuera proyectada.Un modelo de espacio con vocación metafísica. Lugar y forma condensados en una caja espacialmente receptiva.