La transición rural en Españael campo en la sociedad urbanizada

  1. Ortega Valcárcel, José
Libro:
El futuro de los espacios rurales
  1. Nogués Linares, Soledad (ed. lit.)

Editorial: Servicio de Publicaciones ; Universidad de Cantabria

ISBN: 84-8102-381-7

Año de publicación: 2004

Páginas: 89-114

Tipo: Capítulo de Libro

Resumen

Las áreas rurales españolas se encuentran en una situación histórica excepcional, al igual que el resto de los espacios rurales de la Unión Europea, al haber completado el tránsito desde las milenarias sociedades rurales, de base agraria, sobre las que se configuraron los territorios pre-industriales, a las modernas sociedades urbanas surgidas de la industrialización y el desarrollo capitalista. Esta transición rural presenta, sin embargo, en España, algunas peculiaridades a resaltar, derivadas de su específico engarce en los procesos históricos de transformación social y económica contemporáneos. Durante milenios las sociedades pre-industriales se han desarrollado en el marco de una dualidad destacada, entre el campo y la ciudad, entre las áreas urbanas y las rurales. La Revolución Industrial y el desarrollo capitalista han supuesto la profunda redefinición de esa relación histórica, como consecuencia del proceso de concentración de poder económico, político, social y cultural en las áreas urbanas y el consecuente proceso de desestructuración de las sociedades campesinas y de apropiación de los espacios rurales, en su uso y en su gestión, por agentes urbanos, en el marco de una economía capitalista. Los procesos inducidos por estos cambios han generado, por un lado, el declive drástico de la actividad y de las poblaciones agrarias, reducidas a una mínima parte del conjunto social; la marginalidad social de una buena parte de las áreas rurales; y la ruptura de los mercados de trabajo seculares, que impusieron la emigración del campo a la ciudad, de forma progresiva, de los segmentos no integrados, caso de artesanos, mujeres y jóvenes. Nuevos usos, nuevas demandas, nuevos protagonistas, nuevos agentes sociales, se han incorporado al campo, como segmentos de una nueva sociedad rural y de unos nuevos espacios rurales, cuyo perfil responde a patrones mercantiles y a presupuestos culturales urbanos. Desde el turismo a la conservación de la naturaleza. Los problemas que afectan a estas áreas rurales no son equivalentes, aunque algunos se manifiesten de forma uniforme, con diversidad de grado e intensidad. Es lo que determina la complejidad del mundo rural en España, que introducen un sesgo específico, respecto de la mayor parte de los países de la Unión Europea. Es lo que impone la prudencia a la hora de considerar las políticas a desarrollar sobre ellas, cuyas pautas no necesariamente pueden ser las que convienen a las áreas rurales europeas, en general. Los espacios rurales españoles se encuentran en la necesidad de integrarse en los nuevos territorios que se construyen en la actualidad, desde un punto de partida que condiciona sus posibilidades de hacerlo sin perjuicio para sus poblaciones, para su patrimonio territorial y con cierta seguridad de progreso y dinamismo para el futuro. Este proceso de integración se encuentra condicionado por la presión creciente que el mercado ejerce sobre los usos y demandas de suelo en las áreas rurales, por las nuevas relaciones de poder que determinan la gestión del territorio rural y por la percepción cultural, en muchos casos de claro perfil ideológico, que incide sobre las orientaciones de las políticas rurales europeas. La construcción de los nuevos territorios de la moderna sociedad urbanizada exige una consideración integral e integrada de campo y ciudad. En la situación actual representa una cuestión técnica, una cuestión económica, una cuestión política y, sobre todo, una cuestión cultural. El futuro de las áreas rurales en España está marcado por la capacidad social para dar respuestas en esas distintas instancias.