La introducción de la vacuna jenneriana en España

  1. Juan RIERA PALMERO
Revista:
Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid

ISSN: 0210-6523

Año de publicación: 2015

Número: 52

Páginas: 191-213

Tipo: Artículo

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Resumen

La viruela azote de las primeras edades de la vida inició un declive epidemiológico desde el siglo XVIII, primero con la inoculación a comienzos de la centuria, y desde 1796 con la vacunación descubierta por el cirujano inglés Edward Jenner (1749- 1823). La rápida difusión de la vacuna llegó a España, por la frontera francesa a Puigcerdá, extendiéndose por toda la geografia peninslar. El Gobierno de Carlos IV llevó a cabo la famosa Expedición flantrópica de la vacuna. Esta Expedición compuesta por varios facultativosy empleados, y de veintidós niños, que no habían pasado viruelas, destinados a conservar el precioso fluido, transmitiéndolo sucesivamente de brazo en brazo y de unos a otros, en el curso de la navegación, salió del puerto de La Coruña, bajo la dirección de Balmis, el 30 de Noviembre de 1803, hizo su primera escala en Canarias, la segunda en Puerto Rico, y la tercera en Caracas. Al salir de esta provincia por el puerto de La Guayra, se dividió en dos ramos, navegando uno para la América meridional, a cargo del Subdirector Don José Galvany, y dirigiéndose el otro, con el Director Balmis, a La Habana, y de allí a Yucatán. En esta provincia se subdividió, saliendo el profesor del puerto del Siral para el de Villahermosa, en la provincia de Tabasco, a propagar la vacuna por Ciudad Real en Chiapas hasta Guatemala, dando la vuelta por el dilatado y fragoso camino de cuatrocientas leguas hasta Oaxaca, mientras que el resto de la expedición, que arribó felizmente a Veracruz, no sólo recorría todo el Virreinato de Nueva España, sino las provincias internas de donde debía regresar a México, que era el punto de reunión . Balmis prosiguió luego su viaje hacia el oeste. Desde Acapulco llevó las vacunas a las Islas Filipinas y Visayas, a Macao y a Cantón, a la isla Santa Elena. Salvany, por su parte, la difundió en las ciudades y poblados rurales de Colombia, Panamá, Ecuador, Perú, Chile y Buenos Aires. España escribió una de las páginas más limpias, más humanas y de más auténtica civilización que jamás se haya escrito en la historia.