Pere Oller, escultor

  1. VALERO MOLINA, JOAN
Dirigida por:
  1. Francesca Español Bertrán Director/a

Universidad de defensa: Universitat Autònoma de Barcelona

Fecha de defensa: 16 de julio de 2004

Tribunal:
  1. Joaquín Yarza Luaces Presidente/a
  2. Daniel Rico Camps Secretario/a
  3. Clara Fernández-Ladreda Vocal
  4. Clementina Julia Ara Gil Vocal
  5. M. Rosa Terés Tomás Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 103967 DIALNET

Resumen

Cuando a finales del siglo XIV llega a la Corona de Aragón el estilo gótico internacional, procedente del norte de Francia, surge una generación de escultores catalanes de gran nivel, al abrigo de la cual va a comenzar a formarse un jovencísimo Pere Oller. Las aptitudes que éste demuestra enseguida, demostradas a partir de un sueldo que va creciendo hasta equipararle al de artífices de segunda fila, cuando apenas contaría con 11 años, demuestra la importancia que tiene el conocimiento del contexto artístico que le reodeaba, y obliga a considerar con especial atención a las dos grandes figuras que le precedieron: Pere Sanglada y Antoni Canet. A pesar que el primero fue maestro de Olleral menos durante cuatro años, las notables diferencias estilísticas que les separan obligan a considerar la posibilidad de una segunda influencia más tardía (en la época de adolescencia de Oller), y quizás por esta razón más intensa, que podría personalizarse en la figura de canet, a tenor de las conexiones que se evidencian entre éste y las obras que posteriormente realizaría Oller. La personalidad artística de Pere Oller, muy característica y relativamente fácil de reconocer, es sin embargo el producto de un conjunto muy heterogéneo de influencias de procedencias muy diversas. A parte de las recibidas por los escultores anteriormente mencionados, se constata el gran peso específico ejercido por la pintura barcelonesa de finales del siglo XIV, especialmente la del taller de Pere Serra, claramente visible en numerosas esenas de la obra magna de Oller, el retablo mayor de la catedral de Vic. Junto a estos vínculos a la tradición trecentista previa al gótico internacional, tamibén se constata puntualmente la adopción de modelos mucho más avanzados, para alguno de los cuales no parece conocerse parangón en la Corona, remitiéndonos directamente al arte parisino. En cuanto a la escultura funeraria, de la que se ha conservado di