La naturaleza interior. El árbol y el bosque en la arquitectura japonesa contemporánea
- Darío Álvarez Álvarez Director
Universidad de defensa: Universidad de Valladolid
Fecha de defensa: 09 de marzo de 2022
- Ramón Rodríguez Llera Presidente
- Mercedes Linares Gómez del Pulgar Secretario/a
- María del Pilar Cabañas Moreno Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Este acercamiento a una sociedad tan aparentemente distante de la nuestra, tanto geográfica como culturalmente hablando, parte, como probablemente muchas otras investigaciones, de una intuición. Dicha intuición nace de las descripciones de numerosos proyectos, de las palabras recogidas en algunas entrevistas y de los conceptos con los que diversos autores japoneses explican su arquitectura. Es en ellas que nos percatamos de la importancia que comienzan a cobrar las alusiones a la relación con la naturaleza y a los elementos vegetales, especialmente árboles y bosques, y la equiparación entre algunos espacios naturales y el espacio construido, en los más variados discursos arquitectónicos, incluso cuando, en ocasiones, estos no pueden observarse de forma manifiesta en las obras comentadas. Podemos decir que el aludir a unas ciertas referencias, obras y autores, nos permite ejemplificar estas intuiciones a las que nos hemos referido, y nos permite establecer unas ciertas ideas iniciales en la que basar la investigación, como son la atención a la naturaleza y a los elementos vegetales, y cómo la vida de los seres humanos y la arquitectura se enriquecen en su contacto con ellos. Y también la capacidad que tiene la referencia a un espacio o elemento natural a la hora de la evocación de cualidades y aspectos deseables que tratan de incorporarse en el diseño y la arquitectura, y de cómo esto, incluso, hace que la comprensión de la obra sea más asequible para cualquiera que se acerque a ella. Esto es especialmente relevante en el caso de la cultura japonesa, dado que, como aclara Federico Lanzaco Salafranca “Los valores clásicos de la cultura Japonesa no se centran en el hombre sino en la Naturaleza. (…) Ya que, en definitiva, según la visión cósmica japonesa el Cielo, la Tierra y el Hombre forman un solo conjunto integral de la Naturaleza en la que se encuentran (…) El hombre se identifica arrebujado en el regazo de su madre Naturaleza”. Así, podemos entender que estas alusiones a la relación entre naturaleza y arquitectura a las que nos hemos referido y nos referiremos a lo largo del texto, no son fruto de una circunstancia contingente, sino que, en primer lugar, parten de una característica que es consustancial a la propia cultura japonesa. De esta forma, las búsquedas presentes en la arquitectura japonesa contemporánea parten de un poso cultural más profundo y que enlaza necesariamente con la tradición, de manera que el establecer un contacto más cercano con la naturaleza no debe entenderse como un acercamiento propio de una necesidad del momento, sino que la integración entre naturaleza y arquitectura retoma una cualidad intrínseca del pueblo japonés, la cual parecía haberse perdido a lo largo del siglo XX con la paulatina occidentalización del país. El trabajo se desarrolla en tres capítulos, con unas conclusiones finales: El primer capítulo, trata lo que hemos denominado como “Antecedentes artísticos y culturales”. Así, en los cuatro primeros apartados, se recogen aspectos que tienen que ver con la presencia del árbol y del bosque en la cultura tradicional, centrándonos principalmente en el arte y en la arquitectura. En los tres siguientes, se atiende al tratamiento del árbol y el bosque, o incluso de la naturaleza de forma más amplia en algunos casos, en la cultura moderna y contemporánea, excluyendo el campo del diseño y la arquitectura, que serán tratados en los capítulos siguientes. El segundo capítulo se centra en la figura del árbol y su presencia en la arquitectura contemporánea, si bien no nos referimos necesariamente al ejemplar único, al árbol singularizado, no se trata exclusivamente de una cuestión de número, pero sí de una cuestión conceptual que alude a lo concreto, a una figura que se trata con atención por sí misma. En este capítulo se diferencian dos acercamientos al árbol contrapuestos. Por un lado, en los apartados que se refieren al “árbol construido”, los elementos naturales, árboles o partes a ellos asociadas que se independizan del conjunto, principalmente flores y hojas, se trasladan a la arquitectura mediante un ejercicio de abstracción formal. La condición natural del árbol no se hace tan necesaria como la equiparación con su forma, con su figura. Por otro lado, en los apartados recogidos bajo el epígrafe del “árbol natural”, se aprecia precisamente la cualidad contraria, y la presencia del árbol se convierte en un condicionante para la arquitectura por la relación que establece con ella. Condicionante que no ha de entenderse en todo caso como negativo, sino enriquecedor. El tercer capítulo, por su parte, trata sobre la idea de bosque aplicada en la arquitectura. En el caso de los apartados recogidos bajo el epígrafe del “bosque construido”, el bosque se manifiesta fundamentalmente en la estructura del edificio, que adquiere un papel destacado en la composición y percepción del espacio. La metáfora del bosque se tratará de diversas maneras y con variadas soluciones, diferenciadas principalmente por el grado de abstracción aplicado al traslado del modelo natural al espacio arquitectónico, pero buscará en todo caso conseguir que en el espacio se manifiesten, en mayor o menor medida, una serie de sensaciones asociadas a dicho espacio natural. En el apartado recogido bajo el epígrafe del “bosque natural” será un conjunto de árboles vivos el que se emplee a la hora de definir el objeto arquitectónico, ya sea de forma directa, es decir, el bosque en sí mismo se convierte en el edificio, o en una conjunción compleja con otros elementos arquitectónicos que le servirán de soporte, en una búsqueda de separar una realidad natural anclada a la tierra de ésta, e incorporarla a edificios o arquitecturas entendidas como nuevas formas de ciudad. Cada uno de los apartados que compone estos capítulos, si bien se complementan, se ha tratado con una cierta autonomía, de tal manera que cada uno se centra en una idea o concepto general, que va desarrollándose en la manifestación de aspectos concretos de dicha idea a través de la referencia a los ejemplos y casos de estudio recogidos.