La construcción naval en España en el siglo XVIII

  1. Serrano Ruiz-Calderón, Antonio Ignacio
Supervised by:
  1. Fernando Velasco Fernández Director
  2. Francisco Reyes Téllez Co-director

Defence university: Universidad Rey Juan Carlos

Fecha de defensa: 10 July 2017

Committee:
  1. Fernando Suárez Bilbao Chair
  2. Félix Labrador Arroyo Secretary
  3. Mariano Rodríguez-Avial Llardent Committee member
  4. Alberto Sánchez Lite Committee member
  5. Antonio Rodríguez de las Heras Pérez Committee member

Type: Thesis

Teseo: 493549 DIALNET

Abstract

Resumen de la Tesis Partimos de la consideración de que en el siglo XVIII se produce un gran avance en las ciencias y en la industria. Avance ligado al fenómeno de la Ilustración que se extiende por toda Europa y las colonias que los diferentes reinos mantienen fuera del continente. En España este avance se inserta en el deseo de la Corona y de sus administradores de poner al día la situación del país, una vez asentada la monarquía borbónica y sentadas las bases de un Estado moderno y eficaz. Dentro de este marco, la construcción naval tomará un impulso decisivo, analizándose la situación de la Armada y de los cometidos que desempeña -tanto en la defensa de España o como garante del comercio con las colonias de Ultramar-; dotándose de medios económicos para que sean posibles las reformas; recurriendo a cambios legislativos y modificaciones que garantizasen la viabilidad del empeño y finalmente, recurriendo a los mejores especialistas en cada una de las artes relacionadas con ella, tanto en el ámbito doméstico como fuera de él. En este último aspecto cabe reseñar la labor de captación que Jorge Juan de Santacilia desarrolla en las Islas Británicas, que culmina con el desarrollo del denominado modelo inglés, así como la reorientación en la línea constructiva que se produce con la llegada de Carlos III; cambios que propiciarán la construcción del llamado modelo francés y, como consecuencia de reajustes, la emergencia del modelo mixto o modelo español, quizá uno de los resultados más sorprendentes y avanzados de la construcción naval española de todos los tiempos. El trabajo está dividido en un capítulo introductorio con estudio del Estado de la cuestión, Objetivos e Hipótesis. Abordando en el segundo la Metodología y Trabajo de Fuentes. El tercero está dedicado a la historia de la Armada antes de la Guerra de Sucesión. Para abordar en el cuarto el corpus de la tesis. Con la llegada de Felipe V y las ideas ilustradas a España, El impulso económico y el mercantilismo ilustrado y posteriormente el inicio de las reformas de la Armada. Más adelante se plantea la intervención de la Armada como herramienta de la política familiar de Felipe V. Las reformas de Alberoni y Patiño dan paso a la de Ensenada y su Teoría del Poder Marítimo. Al amparo de ella se produce la reorganización de la construcción naval, la venida de los técnicos, en gran parte ingleses y la implantación del modelo inglés. El perfeccionamiento del sistema a partir de 1753 y un estudio pormenorizado de algunos de los más relevantes constructores navales ingleses. Las Reales Fábricas son objeto del capítulo más largo de la tesis con casi 90 páginas. Dedicando posteriormente un capítulo a los Bosques de Marina y las políticas de explotación, así como al avituallamiento de buques. Para abordar después las innovaciones que se produjeron en los astilleros españoles. De lo tratado se concluye el enorme esfuerzo que realiza la Nación para superar el grave déficit que poseía la Marina española a comienzos del siglo XVIII, que le impedía asegurar la navegación entre Europa y los territorios de Ultramar. En este empeño cabe destacar las reformar de Patiño y Ensenada, que van a hacer posible los avances en la construcción de barcos y en la preparación de pilotos, marinos y fuerzas que dirigen, acompañan y aseguran el tráfico marítimo entre los territorios europeos y africanos de la Corona de España con los territorios de América y el Pacífico. Este empeño se materializa en reformas que hacen posible dirigir enormes recursos hacia la construcción naval, tanto desde la perspectiva de la tributación y en la asignación de recursos como en la obtención de las materias primas necesarias para los astilleros, como es el caso de los bosques de la marina. La legislación y las ordenanzas que aseguraban la obtención de la madera y su reemplazo mediante la reforestación nos parecen de una gran modernidad; aunque bien es verdad que el esfuerzo fue a recaer sobre el campesinado casi en su totalidad. Aspecto muy interesante es la potenciación y coordinación de las Reales Fábricas implicadas en los suministros a la construcción naval. Este aspecto viene a señalar el empuje que la innovación y el desarrollo industrial mantiene en diferentes territorios de la Corona española, destacando los arsenales en posesiones americanas, lo que demuestra la descentralización y el vigor de una industria que en esos momentos se presenta como la mejor industria de todo el mundo desarrollado. Dentro de esta innovación industrial merece la pena resaltar la aportación de los maestros armadores y diverso personal traído por Jorge Juan, que encontró un clima general de aceptación, aunque también se dieron recelos y sospechas sobre este personal foráneo. En el trabajo nos hemos referido a algunos casos especialmente abordando aspectos tan dispares como el establecimiento de retribuciones o el procedimiento de solicitud y concesión de pensiones a viudas de ingenieros. Con todo, tenemos que advertir que los miembros del personal de los astilleros eran verdaderos miembros de la oficialidad de la marina española. Y su forma de contratación se ajustaba a la de los oficiales de palacio, y así era exigible la expedición de un Título Real con todas las garantías. Se fomentó su promoción, independientemente del puesto de acceso, pero al estar ésta condicionada a la cobertura de vacantes, fue motivo de celos y envidias que se pueden vislumbrar en las fuentes. Por último, tenemos que señalar el aspecto singular de las Reales Fábricas como piedra angular de los suministros de los astilleros españoles. instalaciones industriales fabulosas que vinieron acompañadas de los constantes intentos de manifestar en la producción industrial los sueños idealizados del momento. Sueños que se intentaron materializar en una infinidad de proyectos que, por su mala planificación, estuvieron desde el principio abocados al más absoluto fracaso. En el entorno de la Marina estas ideas se hicieron presentes, si bien hay que reconocer que desde el punto de vista estrictamente económico las Reales Fábricas funcionaron relativamente bien, hasta que los precios reducidos de producciones más eficientes hicieron inviable su proyecto original acabando siendo los astilleros abastecidos con materiales extranjeros. En resumen, durante la primera mitad del siglo XVIII se pusieron todos los medios para intentar modernizar la construcción naval en España. Para ello Ensenada intenta recopilar todo el saber en esta materia con cuya intención envía a Jorge Juan a Gran Bretaña y otros países europeos para estudiar los métodos empleados en ellos y contratar técnicos expertos en el diseño y fabricación de navíos. Cumplida esta misión en 1750, Jorge Juan regresa a España con un equipo de arquitectos navales ingleses con los que redactó el proyecto de construcción de navíos y fragatas que dio origen al llamado “modelo inglés”. Pero la caída en desgracia de Ensenada tuvo la consecuencia de que en 1770 se llamase al arquitecto francés Gautier (1715-1782) para que se hiciese cargo de las construcciones navales españolas con la idea de aumentar el tonelaje y la cañonería de unos buques que hasta entonces portaban 80 cañones como máximo. Con ello se iniciaría el “modelo francés” que, tras la muerte de Gautier, su sucesor José Romero y Fernández de Landa (1737-1807) reformaría volviendo al sistema de Jorge Juan, pero perfeccionado hasta el punto de que sus barcos serían considerados los mejores de la época. Con ello hemos señalado, pese al carácter extranjero de estos proyectos, inglés y francés, finalmente la competencia de la industria naval española daría lugar a una suerte de híbrido que tendría la particularidad de ser el mejor sistema de construcción naval del mundo.