La arquitectura organizativa de las entidades sin fines de lucroun análisis para el sector español de la cooperación al desarrollo bajo un enfoque de agencia

  1. MARTÍN PÉREZ VICTOR MANUEL
Dirixida por:
  1. Juan José Hernangómez Barahona Director
  2. Natalia Martín Cruz Co-director

Universidade de defensa: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 21 de xullo de 2006

Tribunal:
  1. Álvaro Cuervo García Presidente/a
  2. Juan Manuel de la Fuente Sabaté Secretario
  3. María Dolores Moreno Luzón Vogal
  4. Valentín Azofra Palenzuela Vogal
  5. Eduardo Bueno Campos Vogal
Departamento:
  1. Organización de Empresas y Comercialización e Investigación de Mercados

Tipo: Tese

Teseo: 132430 DIALNET

Resumo

La teoría de la agencia ha sido aplicada en el sector empresarial para mejorar la organización interna de las empresas e implementar mecanismos de control que permitan reducir los comportamientos oportunistas y, pro ende, mejorar el alineamiento de objetivos de los diferentes participantes y, con ello, la eficiencia. Sin embargo, su extensión a las entidades no lucrativas (ENL) ha sido acogida con renuencia, dado que la filantropía y el altruismo que caracteriza a sus participantes se consideraban barreras insalvables para el desarrollo de comportamientos oportunistas. Aunque estos motivos pueden actuar favoreciendo el alineamiento de intereses, es difícil pensar que el ser humano pueda llegar a ser un agente perfecto que carezca de un mínimo de egoísmo que le lleve a buscar objetivos propios, lo que pone de manifiesto que los comportamientos oportunistas son posibles en las ENL, por lo que la teoría de la agencia se presenta como un marco teórico que permite dar respuestas adecuadas y analizar la organización interna con una mayor rigurosidad que mucnos de los trabajos previos que han tratado de abordar esta cuestión de forma parcial y sin un marco teórico definido. En un entorno en el que las ENL manejan un volumen creciente de recursos y dan empleo a un número cada vez mayor de individuos, resulta fundamental que estas organizaciones se doten de una arquitectura equilibrada que les permita obtener un aprovechamiento óptimo de sus recursos, mejorando su transparencia y la confianza que suscitan en la sociedad. Para ello es necesario delegar autoridad, es decir, que sean los individuos que cuentan con el conocimiento relevante y la información adecuada los que tomen las decisiones dentro de la organización. Al delegar autoridad y permitir que un individuo decida sobre el uso de recursos que no son de su propiedad, se deben establecer un conjunto de incentivos que alineen sus objetivos con los de la organización de la que forma parte, evitando comp