La música y los músicos, objetos exóticos para configurar la imagen del caballero y su casa

  1. Laura María Vegas Sobrino 1
  1. 1 Departamento de Historia del Arte, Universidad de Valladolid (España)
Revista:
Quadrivium

ISSN: 1989-8851

Año de publicación: 2015

Título del ejemplar: Actas del Congreso Internacional “La música a la mediterrània occidental” Xarxa de Comunicació intercultural Valencia, 23-25 de julio de 2014

Número: 6

Tipo: Artículo

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Resumen

Durante los reinados de Juan II y Enrique IV la nobleza castellana utilizó la música como herramienta recurrente para su consolidación como estamento ideal, en uno de los momentos más interesantes en el desarrollo del gusto por el exotismo y la sensualidad en Europa, cuando la sofisticación de las cortes se medía, ya a nivel internacional, por su atención a lo percibido en cada situación por cada uno de los sentidos. El papel que la música jugó con otras manifestaciones artísticas efímeras como el vestido, el perfume o la gastronomía, en la creación de las ambientaciones cortesanas, puede rastrearse en inventarios, libros de cámara, tratados y crónicas. En los ámbitos más exclusivos, las descripciones se esmeran en mencionar sus aptitudes para tañer, cantar o danzar, y los inventarios privados recogen instrumentos musicales. Mientras, en su faceta pública encontramos referencias al intercambio de músicos entre la corte del Rey y sus señores, a caballeros castellanos que disfrutan de experiencias musicales en sus viajes, o a músicos castellanos hallados por nobles viajeros, altamente considerados en cortes lejanas. Como objetos esenciales para la exhibición del lujo, los músicos se representaron en las vajillas y paramentos textiles, se vistieron a juego con el mobiliario de capillas y con trajes extraños diseñados para resaltar su procedencia foránea, e incluso llegó a educarse a esclavos de otra raza como cantores, en el culmen de la vinculación de lo musical con el deleite de lo exótico